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Es muy probable que en lo que aquí escribo encuentres poca cosa nueva. Es muy probable que ya sepas lo que tenés que hacer y cómo hacerlo. Sin ambargo, no lo haces, no lo hacemos, no lo hago…
De manera que lo más valioso que te ofrezco, además de leer e informarte, es participar del programa integral de este otoño que incluye clases regulares de meditación y yoga y cursos intensivos de profundización en técnicas de limpieza y detox. Por un lado la prácticas estarán focalizadas a ese fin y por otro lado, el grupo nos brindará una fuerza de sostén para ayudarnos en los momentos en los que nuestra voluntad flaquea.
La idea fundamental es el principio base de todas las prácticas y conocimientos orientales: que sea la práctica sostenida por un tiempo prolongado y sin interrupción la que te permita aprehender y encarnar las ideas y los conceptos.
Qué cosas nos intoxican?
Podemos entender perfectamente que algo que ingerimos en mal estado o agua o aire contaminado sean en pequeña o gran medida tóxicos y atenten contra nuestra salud. De la misma manera podemos maravillarnos de las casi milagrosas inteligencias albergadas en nuestro cuerpo que permiten, sistemáticamente y sin pausa, eliminar químicos y bacterias tóxicas de nuestro torrente sanguíneo. Pero aquí no se agota el tema de la toxicidad. En Yoga y otras disciplinas contemporáneas, desde la concepción de la unidad cuerpo-mente, este concepto se extiende a otros campos y ámbitos de desarrollo de nuestra vida.
Podemos comprobar muy fácilmente cómo una emoción (enojo o miedo por nombrar alguna), afecta nuestro estado mental. Es más, las neurociencias hasta han comprobado cómo esas emociones tóxicas pueden cambiar la química cerebral y hasta cambiar circuitos cerebrales y desde el cerebro, que se comunica con todas nuestras células, ese desorden puede manifestarse en cualquier parte u órgano de nuestro cuerpo.
Si además tenemos en cuenta que las experiencias se almacenan en la memoria, cualquiera de estos desequilibrios pueden persistir en el tiempo (de allí que nuestros cuerpos muchas veces continúan “pagando” por traumas que hemos sufrido en al infancia).
Qué podemos hacer para curar y/o prevenir?
Apelar la naturaleza holística (totalidad integrada) del ser multidimensional que somos y recordar, o concebir, que cuando estamos eliminando una toxina en cualquier área – física, mental, emocional, de nuestro entorno – estamos beneficiando todo el sistema en su totalidad y estableciendo las bases de salud y bienestar para el presente y el futuro.
Algunas recomendaciones para limpiar y desintoxicar tu vida, desde un punto de vista holístico:
A nivel del cuerpo físico:
- Beber agua limpia (filtrada o natural).
- Respirar aire limpio. Si vivís en ciudades de mucha contaminación ambiental, es necesario que de tanto en tanto pases tiempo en lugares de aire limpio.
- Comer preferentemente comidas y alimentos orgánicos sin aditivos y productos frescos.
- Lavarte las manos.
- Adoptar rutinas de limpieza de órganos (intestinos, hígado), bajo la supervisión de un especialista idóneo.
- Recurrir a algún sistema de medicina holística (Medicina Tradicional China, Ayurveda, Egipcia, Antroposófica, etc.) para que, según tu tipo en esos sistemas, te indiquen cuáles son son alimentos más adecuados para tu dieta.
- Estar en contacto con la naturaleza y nutrirte de su belleza y frescura.
A nivel de la mente:
La mente es una poderosa fuente de positividad y negatividad. Todas las experiencias que se dan en la mente, afectan el cerebro y también nuestras células. Es muy importante que estemos atentos al tipo de estímulos a los que nos exponemos en nuestro día a día y a la calidad de pensamientos que tenemos. Haciendo una recapitulación del día deberíamos terminar con un balance de mayor positivismo (purificador) que negatividad (tóxica).
En este punto, implementar una rutina de meditación regular sería un paso muy importante y determinante para ayudarte a establecer tu mente en positivo.
A nivel de tus emociones:
Los dos factores de mayor toxicidad emocional y psicológica son la auto-estima y las relaciones. Muchas veces ni siquiera nos damos cuenta de cuánto desequilibrio y cuán sintomáticas pueden ser nuestras vidas en estas áreas. Otras veces, esquivamos el bulto porque provocar cambios en estos ámbitos resulta difícil y doloroso. La realidad es que desintoxicar este nivel recompensa con creces cualquier esfuerzo. Deberíamos dar prioridad a este nivel por encima de la dieta, el ejercicio físico y otras recomendaciones de bienestar.
A nivel del modo de vida:
Aquí nos estamos refiriendo al estrés en la vida cotidiana.
Generalmente somos conscientes del estrés provocado por algún evento de cierta magnitud como lo pueden ser la pérdida del empleo o la muerte de un ser querido. Sin embargo ese tipo de estrés agudo no es el más común.
Es el estrés de menor nivel el que predomina y atenta en mayor medida contra nuestro bienestar. Este es el estrés que sufrimos en el día a día al estar bajo presión por cumplir horarios, porque no dormimos bien, por la falta de descanso y pausas, por estar haciendo muchas cosas a la vez (multi-tasking). Este modo de vida mina nuestra salud inclusive a niveles biológicos. Lo que tomamos y aceptamos como la norma y lo que está bien en la mayoría de los casos merecería una reflexión y, eventualmente, una determinación de tomar medidas para cambiarlo y aspirar a tener una vida más satisfactoria, significativa y sustentable a largo plazo.
Creí necesario desarrollar en detalle el concepto de desintoxicación desde este enfoque holístico porque son todos estos planos o “cuerpos” los que reciben y sobre los que impactan los elementos y experiencias tóxicas. Si nuestra intención es algo tan simple como sentirnos bien y eliminar todo aquello que nos es nocivo, sería válido, valioso y altamente recomendable un abordaje multi-nivel. Posiblemente no haya un mejor plan que valga más la pena que atender a nuestra salud desde este enfoque que no deja nada fuera.
Que tengas un otoño de mucha salud y un reconfortante repliegue de la energía hacia tu intimidad.